Gustavo Gómez, manager de 45 años, seguirá al frente de Pumas, franquicia que buscará mejorar lo hecho el año pasado y darle pelea a los equipos de la zona. Con una gran cantidad de refuerzos de buen nivel, confían en que este año se empezarán a ver los resultados de la política del club, donde los jóvenes van a ser protagonistas.
Se considera “nuevo” en el mundo de la dirección técnica de equipos, ya que hace 10 años que es manager. Como jugador formó parte de Dolphins y de la selección de Córdoba desde los 16 años. Ya siendo técnico, ha dirigido a Dolphins en la liga local y a Pumas en la LAB. Además, encabezó en sóftbol al combinado cordobés en un torneo nacional U19 y hace dos años que también dirige voley. En esta entrevista con BeisbolArgentino.com.ar nos cuenta un poco de su mirada sobre el deporte.
-¿Cómo conociste el béisbol?
-Lo conocí por Ramón Carrizo, cuando tenía alrededor de 10 años, y ahora que uno es más grande y ya como manager, valora más lo que él hacía. Pasaba por tu casa a buscarte, era un loco que lo hacía desinteresadamente. En ese momento no había sueldo, era por pasión, por amor, y lo hizo durante mucho tiempo. También se dieron las condiciones por el barrio, ya que como éramos todos amigos se formó un lindo grupo, y hoy de grandes somos los que nos juntamos y viajamos a jugar torneos de reserva o de veteranos, la mayoría sigue ligado al béisbol. Antes de conocer el deporte jugaba a otros, como la mayoría de los chicos, pero cuando lo conocés, lo entendés y lo practicás, te atrapa muchísimo. Fue una combinación de amistades y una pasión por el deporte.
-¿Qué características tienen tus equipos?
-Me gusta que sean muy aguerridos, que no bajen los brazos nunca, que no den partidos por perdidos. También deben ser agresivos en lo deportivo, que es la característica que aprendí de chico y trato de transmitirles, después viene la técnica y lo táctico. Personalmente, me gusta más la ofensiva, le presto más atención al bateo. En mi punto de vista, lo lindo y vistoso es batear. Voy tomando como referencia técnicos o managers de distintas disciplinas, no necesariamente tienen que hablar de béisbol para hablar de deporte. Velasco, que es técnico de vóley, creo que a la hora de planificar procesos es muy bueno. Después, dentro del béisbol en Argentina, Darío Martín de Falcons es muy bueno en la conducción de grupos. Cuando yo era chico no sé si habían tantos managers realmente de este deporte.
-¿Qué análisis haces del béisbol argentino y cordobés?
-Estos últimos años se ha dado un salto de calidad importante. El béisbol en Argentina estuvo “planchado” durante un tiempo y con la inserción de gente del exterior y de argentinos que se fueron a aprender afuera, y que trajeron ideas diferentes de Estados Unidos y de Europa, ayudaron al crecimiento interno del deporte, porque cuando vuelven transmiten esos conocimientos y las experiencias. La Liga Argentina de Béisbol creo que terminó de potenciar todo esto. Hace diez años, este presente parecía imposible, pero aparecieron estos locos fanáticos, como Pablo Tesouro y Wilmer Castellano, y algunos otros más que los seguimos. A mi parecer va a crecer mucho mas, espero que no haya vuelta atrás, sino puro crecimiento. Para los que llevamos tiempo con el deporte, ver el nivel de los jugadores actuales es algo muy lindo.
-¿Qué opinás sobre la política de refuerzos y el límite de pitcheos de la LAB?
-Para este torneo me parecen acordes, se van tomando medidas según las experiencias. Esto también es prueba y error. El año pasado, con respecto a los lanzamientos, hubo excesos, jugadores que lanzaron hasta 160 pitcheos y por eso me parece bien esa medida. Es más, cuida al mismo deportista, y al club le permite desarrollar más gente. En cuanto a los refuerzos, pienso que en algún momento van a tener que poner un límite a los extranjeros. Es verdad que suman calidad al juego pero también hay que cuidar al jugador local para que se desarrolle, pero eso se va a ir viendo con el paso del tiempo.
-¿Es positivo para Pumas tener tantos refuerzos? ¿O puede ser perjudicial que se conozcan poco?
-Inicialmente, Pumas es una franquicia que tiene como objetivo darle juego y desarrollar a los más jóvenes, quienes no tendrían lugar en los otros equipos. A pesar de las incorporaciones, vamos a seguir intentando que los adolescentes tengan lugar para jugar, queremos seguir con esa política del club y el día de mañana tener buenos peloteros. Los refuerzos son para que les transmitan experiencia y les den una mano tanto dentro como fuera de la cancha.
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-¿Es complicado dirigir jugadores tan jóvenes?
-La verdad es que no, existe respeto entre todos, es una línea que se baja y en base a eso hay una buena relación entre el entrenador y el jugador, pero nunca dejando de lado el respeto. Particularmente, nuestros jugadores son pibes muy dedicados, buena gente y no renegamos mucho. Es verdad que es un desafío porque no solamente importa el jugar y ganar, sino que toma muchísima importancia la enseñanza, se charla constantemente con ellos, se les da confianza, pero a la vez estás jugando un torneo de alto nivel que no puedes descuidar, hay que buscar un equilibrio. El año pasado pareció que la temporada no fue buena, pero en el análisis que hicimos al final, concluimos que para los pibes fue muy buena la experiencia y han crecido en cuanto al juego. Este año ya buscaremos subir la exigencia y obtener mejores resultados, teniendo en cuenta que ya pasamos ese año de adaptación.
-¿Qué pensás de la liga pasada y de la que se avecina?
-La pasada me pareció excelente desde lo dirigencial, la planificación y organización, porque era algo que no se había hecho nunca y podía salir bien o mal. Afortunadamente salió todo bien, en tiempo y forma. Para la temporada entrante, todas las partes buscan subir un escalón, por eso los refuerzos y la jerarquía. La organización se puso más exigente en cuanto a los reglamentos para que todo sea más prolijo, entonces todos buscamos ese salto de calidad. También los árbitros y los anotadores. Lo bueno es que avanzamos en todos los aspectos y no hizo falta retroceder para modificar cosas que pudieron haber salido mal.
-¿Tenés algún sueño dentro del deporte?
-El sueño es lo que estoy viviendo. Poder dedicarme al deporte, trabajar y desarrollarme día a día, aunque sea un poquito, es como un sueño. Cuando uno está en el lugar que le gusta y haciendo lo que le gusta, sabiendo que la familia también está ayudando y participando, es algo gratificante. Creo que esto hay que vivirlo. El crecimiento del club, desde que era un descampado a lo que es hoy, fue gigante e impensado. En su momento, el sueño era este presente, pero uno siempre tiene la ambición de ir por más.
-Por último, ¿quién es Gustavo Gómez?
-Yo soy el Negro Gómez para todo, dentro y fuera de la cancha, con la gente y con la familia. Trato siempre de ser un tipo simple, sin creerme nada. Los pibes creo que me tienen afecto y trato de estar dentro del núcleo del deporte como uno más. Siempre estoy para ayudar. Tal vez algunos jugadores llegan tarde por el laburo y quiero hacer cosas para que mejoren. Disfruto de esto, no me puedo quejar de nada.
