
Se adentraba la noche de un martes cualquiera cuando nos pusimos en contacto con nuestro entrevistado, quien a pesar de las horas de diferencia y la distancia que hay entre Buenos Aires y Arizona se encontraba en su casa viendo la previa del partido que por la segunda fecha de la Copa Libertadores enfrentaría a Boca contra Independiente Medellín.
Martín Bater, nacido en Caballito, Buenos Aires, “cerca del Parque Centenario”, dice como marca de orgullo barrial, tuvo que dejar nuestro país junto a su familia como escapatoria de la crisis del 2001. Años más tarde, asentado ya en Estados Unidos, se convirtió en el intérprete de unos Arizona Diamondbacks que son, en muchos aspectos, una franquicia ejemplar en el béisbol de la MLB.
-Martín, recién me decías que estabas esperando a que empiece el partido de Boca. ¿Sos hincha o seguís el fútbol en general?
-Hincha de Boca desde la cuna. Me fui de Buenos Aires en el 2002, así que pude disfrutar mucho de esos años. No era tan de ir a la cancha porque a mis viejos no les gustaba por todo el tema de la violencia, pero cada tanto sí iba a ver a la Selección.
–Contanos un poco, ¿cómo fue que te fuiste a Estados Unidos?
-A los 14 años me fui de Buenos Aires a Miami, en enero del 2002, en pleno corralito y un mes después de la crisis. De ahí al 2007 viví allá, hasta que ingresé a la Universidad de South Florida en Tampa, donde residí hasta 2009. Ese mismo año fui productor de Deportes CNN en Atlanta, para después pasar a ser periodista de ESPN en la localidad de Bristol, en la temporada 2011-2012. Ya en el 2013 volví a cambiar de empleo para trabajar de relacionista público en el canal Telemundo. En 2014 empecé a cubrir a la NBA para ESPN Deportes Miami, lugar en el que me quedé hasta 2018, y desde ese mismo año hasta ahora estoy siendo intérprete de los Diamondbacks en Arizona y me toca viajar con el equipo a donde tengamos que enfrentar rivales.
-¿Qué estudiaste allá?
-Estudié periodismo y tuve una combinación entre suerte y buen timing, ya que mi única pasantía en la universidad fue en CNN y me dijeron “Hacé tu último semestre, graduate y vení”. Fue como saltar de la quinta a ser titular en la primera de Boca, sin pasar por la Reserva, o para nuestro mundo, como pegar el salto directo del college a las Grandes Ligas.
-¿Siempre estuviste ligado al béisbol o fue algo que se empezó a desarrollar con tu llegada a Estados Unidos?
-Llegué a Miami en el 2002 y en el año 2003 mi mamá se casó con mi padrastro, Barry, quien me introduce a los Marlins de Florida. Justo en esa temporada salen campeones de la Serie Mundial contra los Yankees y con eso me enganché. Venir a Estados Unidos expandió mis horizontes deportivos, aunque más allá del cariño que le tengo a este hermoso deporte, el fútbol siempre va a ser mi primer amor.
-¿Ya tenías alguna noción del deporte o fue todo nuevo?
-Todo nuevo. No tenía ni idea de la NFL, MLB o NHL antes de venir. Como sabrán, en los medios argentinos no había espacio para el béisbol. Claro que sí conocía la NBA, que siempre tuvo más llegada en nuestro país.

En el mítico Wrigley Field, hogar de los Chicago Cubs.
Su entrada al mundo del béisbol
-¿Cómo se dio tu llegada a la organización de los Diamondbacks?
-Justo ellos buscaban un intérprete, yo nuevas experiencias y coincidimos en nuestras búsquedas. Fue por LinkedIn. La verdad que llegué a un equipazo, tanto dentro como fuera del diamante. En términos futboleros, los D-backs serían como Vélez en el fútbol argentino: una organización seria y siempre competitiva, que no es considerada una de las “grandes” pero que casi siempre está en la pelea.
-Describinos un poco cómo es el club puertas hacia adentro…
-Es un club unido, sin egos. Vienen el General Manager o el dueño y te saludan sin importar tu cargo, algo que no en todos lados sucede. Todos nos sentimos importantes y hay una sinergia entre el aspecto comunitario y el deportivo del equipo. El impacto que tenemos fuera de la cancha, visitando escuelas o haciendo donaciones, cuenta con el mismo esmero que lo que hacen los jugadores en los partidos.
-Sabiendo de la ubicación geográfica de Arizona, ¿tienen mucho contacto con público latino? ¿Le dan importancia a esa comunidad?
-Sí. El mes que viene vamos a jugar en Ciudad de México por primera vez en la historia de la temporada regular de las Grandes Ligas. El 18 y 19 de abril nos enfrentaremos a los San Diego Padres. Hace un par de semanas nos recibió Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en el Palacio de Gobierno. La idea que tenemos como club es ser “el equipo de México”. (Nota del Redactor: al momento de publicar la nota, MLB ya había anunciado la suspensión de la gira y la postergación del inicio de la temporada debido a la pandemia del COVID-19).
-Yendo un poco más a tu rol dentro de la franquicia, ¿cuál es tu función?
-Mi trabajo principal es el de ser intérprete de los jugadores latinos y el nexo con la prensa hispana. En un papel un poco más secundario, me encargo del manejo de redes sociales en español (@LosDbacks) y asisto con esfuerzos comunitarios.
-Hoy en día, las Grandes Ligas y sus equipos están buscando captar público de afuera de los Estados Unidos, incursionando en Inglaterra, Asia y en un futuro el resto de Europa…
-Bueno, el año pasado los Yankees y los Red Sox fueron un hit en Londres, pero a nosotros nos queda más cerca México. Los D-backs también fueron a Australia en el año 2014.
-Te pregunto por la última visita de Los Gauchos a Arizona. Se sabe que el salteño Rolando Arnedo ha de ser un nexo, ¿tuviste algo que ver con esa visita?
-Rolando es un capo y todos lo admiran y quieren, tanto en ligas menores como mayores. Yo coordiné la visita de ellos a Chase Field, nuestro estadio. Vinieron a la práctica de bateo, conocieron a varios jugadores y luego les di el tour antes de que se quedaran a ver el partido. Lamentablemente, creo que ese día perdimos. De parte del equipo me regalaron una camiseta de la Selección. Supe de su gran actuación en los Panamericanos de Lima y me puso muy contento.
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-¿Solés volver a Argentina?
-Obvio que sí. Solía ir dos veces por año al principio, aunque ahora voy cada dos años por cuestiones económicas y laborales obvias. Siendo estudiante tenía vacaciones de invierno y de verano.
-¿Y tienes contacto con gente del béisbol de acá?
-No. Nunca se me ocurrió, aunque me encantaría poner mi granito de arena para que el deporte crezca allá y podamos, quién te dice, llegar alguna vez a un Clásico Mundial.

Junto a Bernie Williams, exjugador de los Yankees de Nueva York

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