En épocas de políticas de vaciamiento a gran escala y en el que a los gobernantes ya ni les importa sostener una careta que venda A pero haga B, cualquier cosa sirve para saciar las efímeras necesidades de dinero, aun a costa de lo que el deporte amateur supo construir a pulmón con tantos años de esfuerzo y trabajo. En ese contexto de constantes retrocesos, en los últimos días se conoció la noticia de que los terrenos en los que desde hace décadas se ubica el Estadio Nacional de Béisbol, entre otros, podrían privatizarse. ¿Pero cómo se llegó a eso?
Aprovechando el receso legislativo, el Gobierno encabezado por el presidente Mauricio Macri sacó el DNU (decreto de necesidad y urgencia) número 92/2019 en el que se degrada a la Secretaría de Deportes en una Agencia de Deporte Nacional, la posición de menor rango en la organización del Estado desde su creación en 1971 por el gobierno militar de Alejandro Lanusse. De esta manera, y conociendo las ideas político-económicas de los actuales residentes de la Casa Rosada, se cree que esto sería un primer paso hacia la privatización y futura venta de terrenos que hoy en día son vitales para los deportistas, aunque desde el lado oficialista pregonan que no hay que alarmarse de más. ¿El motivo? En la tarde de ayer, las distintas federaciones involucradas se reunieron con el actual titular del área, Diógenes de Urquiza, y éste calmó las aguas. “Nos confirmó que no se va a vender nada”, dijo Martín Mondino, presidente de la Federación Argentina de Béisbol.

A escasos cuatro meses de los Juegos Olímpicos de la Juventud, el DNU impulsado por la Presidencia puede ser un duro revés para el deporte amateur.
“Esto es una locura, quieren vender todo lo que nos pertenece a los argentinos, los lugares para practicar deportes, que significan el acceso de todos a las actividades deportivas”, había opinado días atrás Marcos Milinkovic, ex jugador y estandarte absoluto de la Selección Masculina de Voley, quien fuera medalla de oro en los Panamericanos de 1995 y elegido como uno de los mejores de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. En concreto, y además del Estadio Nacional de Béisbol ubicado en Ezeiza, serían más de 700 hectáreas de tierras fiscales las que se podrían privatizar con esta movida, incluyendo los terrenos del CeNARD en la Ciudad de Buenos Aires, los predios CADeN 1 y 2, el CeNaDe en Esteban Echeverría y las locaciones en torno a la Pista Nacional de Remo, en Tigre.
Las alarmas se encendieron y ayer, desde la ahora Agencia de Deporte Nacional, se ocuparon de intentar mitigarla. En qué quedará todo esto es algo imposible de prever, pero hay un dicho que dice “El que se quemó con leche, ve una vaca y llora”…