Los spikes, el guante y el pasaporte son los tres elementos indispensables que lleva en su equipaje el lanzador estadounidense de Pumas, Tim Brown. Es que el derecho, de 34 años, es un trotamundos del béisbol y desde hace varias temporadas utiliza el deporte como una forma de viajar y recorrer el globo. Este año, en cuestión de semanas pasó de la portuaria, medieval y turística ciudad de Split (Croacia), en donde defendió los colores del Baseball Klub Nada, a los paisajes serranos y la arquitectura colonial de Córdoba capital.
Es oriundo de Saint Louis y realizó la mayor de su carrera profesional en circuitos independientes de los Estados Unidos como la Frontier League y la American Association. De hecho, en 2015 lanzó un no-hitter para los Gateway Grizzlies. En nueve temporadas en las ligas independientes estadounidenses tiene récord de 79-32 y un ERA de por vida de 3.44.
Pumas y Falcons definen el título de la LAB en CórdobaAntes del último interzonal en Salta, BéisbolArgentino.com.ar charló con el serpentinero que llegó hace poco más de un mes al país y rápidamente se transformó en referente del staff de pitcheo Felino y también en uno de los mejores de la Liga Argentina.
– Tim, contanos un poco sobre tu trayectoria
– Empecé a jugar béisbol a los cinco o seis años como cualquier chico en Estados Unidos. Continué haciéndolo durante la escuela secundaria, me gradué y fui estudiante-atleta en la universidad de Pittsburgh State. Mi primera experiencia como profesional fue con un equipo de liga independiente en Nebraska. Con ellos jugué un año. Posteriormente, firmé un contrato de ligas menores con Philadelphia, pero estuve poco tiempo y volví a la pelota independiente. En total en Estados Unidos jugué nueve temporadas.
Falcons se adelanta 1-0 en la serie– ¿Cuándo comenzaste a jugar fuera de los Estados Unidos?
– Fue a la altura del quinto o sexto año profesional. Durante el invierno, al no tener actividad por la offseason, decidí que viajar a Australia podría ser una buena opción para mantenerme en forma y conocer el país. Firmé por una temporada con los Golden Grove Dodgers de la South Australian State League y me gustó la experiencia. Seguí desdoblando mi calendario deportivo entre Estados Unidos y Australia por un par de temporadas más, hasta que en 2017 decidí que quería probarme en las ligas europeas y mi primer destino fue la República Checa.
– Además jugaste en Croacia, Austria, Eslovenia, Alemania, Nueva Zelanda y ahora estas en Argentina. ¿Se podría decir que el béisbol es tu herramienta para conocer nuevos destinos y culturas?
– Así es. La pelota me llevó a recorrer el mundo y conocer lugares asombrosos. Es increíble. Agradezco todos los días la oportunidad de tener estas experiencias y de todavía ser capaz de hacerlo. A veces no parece real.
– ¿Qué es lo que más disfrutas de jugar en el extranjero?
– Pienso que la parte más especial de todas mis aventuras ha sido y es la gente. La gente es lo que hace cada experiencia lo que es. He sido muy afortunado de estar rodeado de gente grandiosa, amigable y amable. Y acá en Argentina no ha sido la excepción. Soy un convencido que la gente del béisbol es la mejor.
– Cuando te propusieron jugar en la LAB, ¿conocías algo de la liga y del béisbol argentino?
– No. Cuando recibí el llamado no sabía nada de la liga. De igual manera conocía muy poco del país y su cultura. Eso me motivó para aceptar la propuesta. Me intrigaba ver como se jugaba pelota en Argentina, también era una buena oportunidad para aprender su idiosincrasia y ese tipo de cosas. El desafío perfecto, lo que yo buscaba y hasta ahora ha sido fantástico todo.
– Viste acción varios partidos para Pumas. ¿Con qué nivel de juego te encontraste en la LAB?
– El nivel acá es muy, muy bueno. Una de las cosas que me sorprendió es la pasión y el fuego interior que tienen los peloteros argentinos, lo cual es contagioso. Los chicos aman el juego y estar en el campo. Eso se puede contemplar, sentir y muestra realmente como se juega acá. Los equipos son muy parejos y habla bien del nivel de la competición.
– Repasando tus estadísticas, se nota que sos un pitcher muy controlado y que otorga pocas bases por bolas. ¿Cómo sos en la lomita? ¿Cuál es tu repertorio de pitcheos?
– Me considero un lanzador inteligente que sabe trabajar las cuentas y que confía en su repertorio. Mi recta en sinker es el lanzamiento que más utilizo. La mezclo con pitcheos quebrados para mantener fuera de balance a los bateadores. También trato de variar la ubicación en la zona de strike. Tal vez no luzca elegante o lindo pero funciona. Mi prioridad es el rolling para el doble play antes de que el ponche.
– ¿Cómo te estás adaptando a Córdoba?
– Me encanta la ciudad. Es muy lindo salir a recorrerla, observar las universidades, su centro. También tuve la oportunidad de salir de ella y ver sus paisajes, las sierras. Hasta el momento ha sido una experiencia fantástica y tengo muchas ganas de seguir conociéndola. Asimismo la comida es fenomenal, todo es riquísimo acá (risas). No puedo dejar mencionar a la gente, a mis compañeros de equipo, todos han sido muy cálidos, amables y serviciales conmigo, desde el primer día, a pesar de la barrera del idioma. Disfruto mucho mi día a día, es muy alegre.
– Para finalizar, ¿cuáles son tus expectativas para lo que resta de la temporada?
– Somos un equipo que juega duro y nunca se entrega durante los partidos. Cuando los equipos hacen eso, siempre pasan cosas buenas. Enfocándonos en esas cosas podemos controlar el resto de las fases del juego. Debemos seguir por esa senda.